Blog

Nada más revolucionario que el Día de la Madre

Nada más revolucionario que el Día de la Madre

En España celebramos el día de la madre cada primer domingo de mayo. Es una de las fechas más importantes en nuestro país, sobre todo a nivel familiar, porque es el día en el que los hijos, y también los padres, muestran su amor y respeto por las madres, reconociendo el papel fundamental que tienen en la sociedad.

Sin embargo, ¿sabes desde cuándo celebramos el día de la madre? Aunque pueda parecer que es un día comercial que nace con el capitalismo (como muchas de las fechas que celebramos hoy en día), no es así. Esta conmemoración tiene más historia de la que crees

Origen del día de la madre

Si echamos la vista atrás, encontramos los orígenes en una celebración del Antiguo Egipto, en la que la diosa Isis, conocida como Gran Diosa Madre, era venerada y recibía cultos mediante tintes simbólicos y mitológicos.

Algo similar encontramos en la cultura griega, que también celebraban el día de la madre en donde el pueblo llevaba ofrendas a Rea, la madre de los dioses. Después esta tradición pasó al Imperio Romano en forma de fiesta en torno al templo de la diosa Cibeles. Y, como no pudo ser de otra manera, más tarde los católicos la transformaron en un día de conmemoración de la Virgen María, madre de Jesús.

Origen revolucionario del día de la madre

Pero lo realmente interesante es que el Día de la Madre, tal y como lo conocemos, nació de una idea revolucionaria. Nació para darle visibilidad y reconocer el papel de las madres en la sociedad. Pensad en 1870, cuando hablar de madres era hablar de mujeres. En aquellos tiempos apenas contaban con derechos ni eran tenidas en cuenta. La mayoría de ellas nacían sin posibilidad de educarse, eran casadas y se dedicaban a criar a sus hijos en el completo anonimato, sin ningún reconocimiento.

Por ello Julia Ward Howe, poetisa y activista, escribió la Proclama del día de las madres. En ella se hablaba del valor de las mujeres y del pacifismo. Ideas completamente revolucionarias y rompedoras para la época.

Copiamos un párrafo de esta Proclama. Disfrutadlo con un buen té y en buena compañía, por ejemplo, de mamá

¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: 'No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia'. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice '¡Desarma! ¡Desarma!' La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.

 

group_work Consentimiento de cookies

Iniciar sesión

Mistelanea

Carrito

No hay suficientes productos en el carrito