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Bolsitas de té, un invento por casualidad

Bolsitas de té, un invento por casualidad

Tomas Sullivan es uno de esas personas que se hacen millonarios casi sin querer. Vivía tranquilo dedicado a la venta de té, pero como buen americano, para él era muy importante publicitarse y lograr llegar a nuevos clientes. Empezó a darle vueltas al modo de lograrlo  y tuvo una idea que le cambiaría la vida...

En aquellos tiempos no había redes sociales así que decidió mandar por correo postal muestras de sus tés. La idea era mandar una preciosa bolsita de seda con su mejor té a modo de muestra. Pero los clientes fueron por delante de Sullivan y muchos de ellos en lugar de sacar el té e infusionarlo de manera tradicional,decidieron meter la bolsa directamente en el agua.

Así nació la bolsa de té, sin querer. De hecho Sullivan se enteró porque algunos clientes suyos aplaudieron su idea, pero también le sugirieron que cambiara la seda por un material menos fino. Sullivan se dio cuenta del filón comercial que había creado y en seguida la sustituyó por una bolsa de gasa.

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