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Las mejores mezclas para tomar con leche

Las mejores mezclas para tomar con leche

Muchas veces nos preguntáis en la tienda por tés o infusiones que se puedan tomar con leche. Las opciones son muchas y depende de si queremos algo con un toque goloso, especiado y dulce para toda la familia. En el siguiente artículo os vamos a recomendar algunos blends que harán las delicias de aquellos que le ponen esa “nube de leche” a su infusión.

Esa nubecita de crema que se le ha añadido al té inglés durante generaciones, la densa bebida especiada que nos hace viajar a India, o más recientemente el Matcha Latte que está haciendo furor en las RRSS. Lo cierto es que tanto si eres un apasionado de la mezcla o si lo tomas así ocasionalmente, la leche y el té han estado ligados desde hace décadas convirtiendo a este tandem en un clásico a la altura del five o´clock tea.

Y es que añadirle un poquito de leche a nuestro té suele ser el mejor gancho para atraer a los noveles al mundo de las infusiones. ¿Por qué decimos esto? Os lo explicamos. Muchas veces aquellos que no son muy amantes de las infusiones suelen indicar con recelo que un té les parece simplemente agua caliente. ¿Os suena esa apreciación? Pues en parte es cierto, pero es por una cuestión de texturas. Un café, por ejemplo, tiene siempre más cuerpo que una tisana o un té, más si se toma habitualmente un café con leche o un cortado. De ahí que un té negro con leche pueda ser un buen atractivo para aquellos que nos comentan eso de “quería un té para las mañanas, por que quiero dejar de tomar café”. Ahora bien, ¿con qué té empiezo?

Té negro, acierto seguro

Si quieres ponerle leche, siempre sobre té negro. Esa suele ser la máxima y razón no le falta a esa afirmación, aunque lo matizaremos un poco más adelante. 

Es cierto que el té que utilicemos para añadir la nube de leche debe tener cuerpo suficiente para que el lácteo no le robe todo el protagonismos a la infusión. De ahí que los reyes de los tés con leche sean las clásicas mezclas inglesas tipo English Blend, o Ceilán clásicos. Si queréis acertar siempre a la hora de elegir un té para tomar con leche, aquellos de hoja rota también son perfectos. Los reconoceréis por que suelen tener en su nombre la graduación BOP o GBOP (la B indica Broken). Lo habitual es que todos los tés de desayuno tipo English Breakfast o Irish Blend sean tés intensos que admitirán la leche sin problema. 

Si lo que estáis buscando son mezclas aromatizadas, un Earl Grey Crema o la mezcla clásica con bergamotaos harán sentiros como el más auténtico ciudadano británico con su té de las cinco.

Té chai con un toque goloso

Al inicio del artículo ya anticipamos que las mezclas especiadas, originarias de India, son uno de los básicos en lo que a tés con leche se refiere. Es más, un chai auténtico no se concibe sin si buena dosis de leche. Aquí ya no hablaos de una pequeña nube de leche fría al estilo inglés, no. El auténtico Chai Indio se elabora a partes iguales con leche caliente y agua, y dejando infusionar el té y las especias en esa mezcla.

El Chai Negro siempre lo tendremos a mano, sin embargo, si os gusta experimentar os recomendamos una mezcla que es todo un superventas en nuestra tienda desde hace años. Nos referimos a nuestro Chocolate Indígena, una espectacular receta que incluye especias como la pimienta, cardamomo, jengibre y achicoria, combinadas con el cacao y todo ello con una base de té negro. Elaborar este té al estilo chai, con agua y leche caliente a partes iguales, es toda una experiencia para los sentidos.

Té rojo con cuerpo

Ya anticipamos que no hay que limitarse siempre a los tés negros a la hora de preparar un té con leche. El Pu Erh, al ser un té que también tiene cuerpo, puede adaptarse perfectamente a nuestra mezcla láctea. Dos buenas propuestas serían nuestro Pu Erh Chocolate, ideal para los más golosos; o un Pu Erh Pakistaní, una receta que incluye especias dulces como la canela, la vainilla, clavo y cardamomo.

El Pu Erh, junto con los tés oolongs, son unas de las opciones más digestivas que existen en el mundo de las infusiones. Añadirle esa nube de leche puede convertirlo en una opción super atractiva para las sobremesas después de una comida con amigos.

Sin estimulantes, para tomar a cualquier hora

Hemos hablado de tés negros y de tés rojos, y podríamos hablar largo y tendido sobre la tendencia más actual que rodea al Matcha Latte. Pero ¿y si lo que buscamos es una infusión para toda la familia? Aquí podemos encontrar algunas infusiones con ingredientes principalmente dulces o especiados que nos darán un resultado soberbio al mezclarlo con leche. 

Cualquiera de los Rooibos aromatizados con ingredientes dulces, como el Rooibos Vainilla o Rooibos Canelaadmitirán unas gotas de leche que cambiarán su textura. Si sois más golosos, desde hace ya algún tiempo contamos en nuestra carta con una mezcla sorprendente: Rooibos Toffee. Esta receta con pequeños trocitos de caramelo es simplemente espectacular cuando se mezcla con leche o con alguna bebida vegetal. Del mismo modo, en nuestra carta contamos con alguna mezcla de especias sin estimulante, como Indian Chai, con la que podremos preparar un clásico chai indio para todas las edades y que podremos disfrutar a cualquier hora sin miedo a perder el sueño.

Curiosidades históricas sobre el té con leche

En ocasiones se plantea la duda de cuando ponerle la leche al té; si en el momento de infusionar las hojas o justo después. El momento de añadirle la nube de leche al té inglés tiene una pequeña historia detrás.

Antiguamente en las casas más adineradas inglesas, era norma de protocolo primero echar el té y luego la tradicional nube de leche. Esto se debía a que su porcelana era de alta calidad y aguantaba perfectamente la alta temperatura del té. Era importante presumir por tanto de la calidad de la vajilla y éste era un buen método para hacerlo. Por contra, en las casas más humildes donde la porcelana era más sencilla, tenían que verter primero la leche fría si no querían que la taza estallara con el calor del té.

Sea por etiqueta o por presumir de porcelana, lo cierto es que lo habitual hoy en día es verter la nube de leche fría justo después de hacer el té. Aunque como en todo es una cuestión de gustos.

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